Una gran diversidad de culturas habitó nuestro territorio antes de la llegada de los españoles, algunas tan avanzadas y sofisticadas como las que produjeron la estatuaria de San Agustín en el Huila, las tumbas de Tierra-dentro en el Cauca, o la Ciudad Perdida (Buritaca 2000) en la Sierra Nevada de Santa Marta.
Con la Conquista y la Colonia, llegaron los blancos europeos de España, quienes a su vez trajeron esclavos de África. Es por ello que Colombia es un país multiétnico y pluricultural, donde cada región posee rasgos propios que la distinguen de sus vecinas.
Así, se puede hablar de una cultura andina, en la que se siente con mayor fuerza el ancestro europeo; de una cultura Caribe, amalgama de herencias indígenas y africanas; de una cultura Pacífica, de raigambre africana y de la cultura de la Orinoquía y Amazonía, esencialmente indígena.
Este complejo mestizaje encuentra su expresión no sólo en las tradiciones, artesanías y gastronomía colombianas, sino también en sus artes desde la arquitectura, la pintura y la escultura hasta la literatura, el cine y la fotografía, pasando por la música, la danza y el teatro.
Colombia es el hogar de más de 87 pueblos indígenas que usan 64 lenguas nativas pertenecientes a 22 familias lingüísticas; también, de varios millones de afrocolombianos; de más de 30 millones de mestizos; de 12 mil gitanos y de núcleos de inmigrantes en diferentes regiones. En el archipiélago de San Andrés y Providencia, la población mayoritariamente raizal habla inglés.
Colombia: el país de creadores y de fiestas
Nuestras artesanías típicas son apreciadas en el mundo entero: la mochila arhuaca de la Sierra Nevada de Santa Marta, el sombrero vueltiao de las llanuras cordobesas, la hamaca de San Jacinto en Bolívar, los objetos de barniz de Pasto en Nariño, la cerámica de Ráquira en Boyacá, son algunos ejemplos de creaciones populares que compiten en belleza con las obras del arte llamado culto.
La música colombiana posee una enorme variedad. La de la región andina, de herencia hispánica, se apoya en los timbres de la guitarra, el tiple y la bandola, pero hacia el sur del país se enriquece con las flautas y tambores de las chirimías.
En la costa Caribe se ha impuesto desde hace décadas el vallenato sobre ritmos más ancestrales como la cumbia y el bullerengue y en Santa Marta, Barranquilla y Cartagena cobran fuerza la champeta y el reggaetón.
La música afro de la región pacífica, con sus currulaos y alabaos, basa su fuerza en los tambores y la marimba, con un acento melancólico de origen indígena. Los grupos indígenas de la Amazonía cuentan con las flautas yuruparí y los tambores maguarés, ambos sagrados.
DESARROLLO CULTURAL
La teoría del desarrollo resulta por su importancia una prolongación de la teoría económica y de la economía política.
El desarrollo, en general, como proceso multidimensional de transformaciones, abarca desde las estructuras productivas para generar el crecimiento económico, hasta las más diversas esferas de la vida espiritual. Hay autores que hacen énfasis en lo económico y otros en lo social. En el enfoque cubano se analizan de forma complementaria ambos aspectos del desarrollo.
Pero el desarrollo no se realiza en abstracto, sino que tiene lugar en un espacio determinado, en una región más o menos definida. De ahí que se hable frecuentemente de espacio, región, subregión, territorio, comunidad, etc., como objetos del desarrollo económico y social.
El territorio representa una agrupación de relaciones sociales; es también el lugar donde la cultura local y otros rasgos locales no transferibles se han diseminado. Es el lugar en donde los hombres, las mujeres y las empresas establecen relaciones; donde las instituciones públicas y privadas intervienen para regular la sociedad. Representa el área de encuentro de las relaciones de mercado y de las formas de regulación social, que determinan formas diferentes de organización de la producción y distintas capacidades innovadoras que conducen a una diversificación de los productos que se venden en el mercado, no solo sobre la base de los costos relativos de los factores. (Vázquez, A. y G. Garofoli, 2007, p 56).
El enfoque local del desarrollo aparece como una necesidad en Europa desde los años 70; en América Latina algo más tarde, en ambos casos relacionado con las reformas estructurales, pero en la literatura han proliferado los escritos sobre el tema en los 90.
Desarrollo es un tema amplio y muy recurrente en la actualidad. Se escucha con frecuencia en los más variados espacios y foros de discusión. Sin embargo, su utilización en el contexto cultural no se sustenta siempre en bases epistemológicas sólidas y en ocasiones su utilización y referencia se hacen de forma insustancial.
Cualquier aproximación didáctica al término desarrollo cobra importancia si se tiene en cuenta la explosión cultural y la multiplicidad de acciones docentes -de nivel medio, medio superior,, de pregrado e incluso de enseñanza postgraduada- que se llevan a cabo en el ámbito cultural cubano actual, así como la carencia de publicaciones sobre estos temas específicos.
Es conveniente precisar que la palabra desarrollo se utiliza como lenguaje científico desde hace muchos años, ya sea como noción, categoría, concepto, sustantivo y/o adjetivo. Sería interminable explicitar los diversos usos que el hombre le ha dado, en dependencia del momento, contexto histórico, posición social, ideológica o punto de vista de determinado autor o ciencia. Esto no es un fenómeno aislado del termino desarrollo, otras nomenclaturas ha sufrido también cambios en sus significaciones en dependencia de la lógica evolución de los acontecimientos y otros factores de carácter general.
No obstante, se puede reunir un conjunto de criterios, a partir de conclusiones comunes y de consenso, que refiere la mayor parte de la literatura especializada al respecto; así como en la valoración y análisis de resultados de diferentes foros, asambleas y reuniones de instituciones nacionales e internacionales que abordan el tema, destacándose la UNESCO.
Nadie niega en estos momentos que desarrollo tiene su origen en las ciencias biológicas, (Manfred Max Neef 1997), o sea, es una categoría que se utilizó en sus orígenes para indicar el desarrollo o evolución de las especies. Entre 1759 con la formulación de las primeras teorías biológicas y 1859 con los estudios de Charles R. Darwin sobre la evolución y selección natural de las especies.
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